El tercer teniente de alcalde y concejal de Comercio, Turismo, Servicios de Limpieza y Transportes del Ayuntamiento de La Oliva ve con optimismo el futuro.
“El destino turístico de La Oliva está más que preparado para reiniciar la actividad”.
“El empresario lo que pide es lo mismo que todos: que vuelvan los turistas para alcanzar una normalidad de manera gradual, pero que vuelvan ya”.
“Apostamos decididamente por la implantación del Dreamland en nuestro municipio”.
Marcelino Umpiérrez Figueroa es el tercer teniente de alcalde y concejal de Comercio, Turismo, Servicios de Limpieza y Transportes del Ayuntamiento de La Oliva. Desde su puesto de responsabilidad en el gobierno local dispone de una posición de privilegio para radiografiar la situación turística y económica de su municipio. El análisis de la actual crisis le lleva contarnos en esta entrevista las medidas que se han tomado desde el consistorio para poner las bases de cara al futuro: sostenibilidad, diversificación y especialización.
¿Cómo ha resistido La Oliva la actual crisis?
“Debemos tener en cuenta que esta crisis sanitaria vino precedida de otra muy relacionada con el turismo, me refiero a la de Thomas Cook y que a La Oliva perjudicó de forma mayúscula ya que nuestro principal mercado es el británico.
No ha sido fácil, aunque hemos intentado salvaguardar un poco la estructura económica del municipio de manera coordinada con el sector turístico y con el empresarial en general para evitar el desplome. Pero no solo del turismo, también de la restauración y el comercio, que es nuestra segunda industria creadora de empleo en el municipio.
No nos hemos quedado de brazos cruzados, nos hemos reinventado. A la estrategia que teníamos planteada desde mediados de 2019 para el año 2020 le dimos un giro debido a la situación complicada que se nos planteó. Lanzamos campañas a nivel nacional y regional que fueron el ‘salvavidas’ durante los meses de verano.
En este tiempo también hemos asistido a la llegada de los nómadas digitales, que le han dado vida a este municipio. El comercio y la restauración se mantienen, no registrándose cierres masivos. Es más, hemos asistido incluso a aperturas de nuevos establecimientos. Estos nómadas digitales han ocupan prácticamente todas las plazas de viviendas vacacionales, pequeños hoteles y establecimientos extrahoteleros, lo que al final ha permitido mantener el pulso económico”.
¿Qué previsiones manejan para los próximos meses de cara a esa esperada reactivación?
“He de decir que somos optimistas. Tenemos todas las expectativas puestas en una fecha: 22 de abril. Ese día el gobierno británico decidirá si abre o no fronteras con Canarias. Si así fuese, esperamos los primeros vuelos para el 17 de mayo. A partir de ese momento prevemos que se anime de manera paulatina la llegada de turistas.
El destino turístico de La Oliva está más que preparado para reiniciar la actividad. Hemos aprovechado el parón para mejorar los espacios públicos: jardines, playas, limpieza, seguridad, etc”.
Los empresarios se han convertido en este tiempo de pandemia en referencia obligada para tomar el pulso a la crisis. ¿Qué les trasladan de cara al futuro?
“Los empresarios no lo están pasando nada bien con esta pandemia y el inicial cero turístico. Desde el principio sabíamos que debíamos estar junto a las familias, las pymes y los autónomos, además de con el empresariado turístico. Hemos intentado aprobar medidas y ayudas que alivien un poco esta situación. En el fondo, el empresario lo que pide es lo mismo que todos: que vuelvan los turistas para alcanzar una normalidad de manera gradual, pero que vuelvan ya”.
La Oliva ofrece al visitante diferentes experiencias: Corralejo, Lajares, El Cotillo… ¿Cómo convive esa diferente oferta dentro del destino?
“Nuestro principal núcleo turístico es Corralejo. A través de los dos planes de modernización que se han llevado a cabo se ha renovado toda la planta alojativa, que gracias a eso ahora es una planta moderna, que nos convierte en más competitivos. Estos planes de modernización han sido escuchados por todos los empresarios turísticos, que han reformado sus establecimientos. El modelo por el que se había apostado en el pasado era el extrahotelero y hoy en día la mayoría de esos complejos obsoletos se han convertido en hoteles de cuatro estrellas.
A la par, el Ayuntamiento ha actuado en los espacios públicos, llevando a cabo mejoras estéticas, en accesibilidad, en alumbrado, eficiencia energética, etc.
Pero no perdamos de vista que Corralejo tiene tan solo unas 19.000 camas. A eso se une que albergamos el principal tejido comercial y de restauración de la isla. Estamos muy cerca de Puerto del Rosario y contamos con una conexión fácil y rápida con Lanzarote, siendo nuestro puerto el primero de Canarias en tráfico de pasajeros. Gran parte de la población de la capital pasa los fines de semana en Corralejo porque tiene aquí su segunda vivienda. A todo eso sumar la belleza natural con la que contamos: isla de Lobos y el parque natural de Corralejo. Todo ello provoca que estemos obligados a gestionar de forma sostenible ese legado.
Además, contamos con pueblos con encanto y en ese sentido El Cotillo resulta una parada obligatoria para todos los turistas que no solo visitan La Oliva, sino los que eligen Fuerteventura en general. Lo es por sus playas, su gastronomía, lo pintoresco de sus calles o el puertito. Evidentemente, El Cotillo es una marca muy demandada por todos los turistas, incluso por aquellos que nos llegan desde la vecina Lanzarote.
En el norte de la isla se concentra gran parte de la actividad surfera de la isla. Y es Lajares el pueblo elegido por los amantes del surf para vivir su pasión. Allí tenemos la mayoría de las escuelas de este deporte. Además, Lajares está colocado estratégicamente entre El Cotillo, Majanicho y Corralejo. El encanto de Lajares está también en la mezcla de culturas, en la gastronomía y en toda esa actividad que rodea al surf. Tenemos una mezcla de nacionalidades a las que les une ese amor al deporte”.
Resulta evidente que la naturaleza es un valor del destino. ¿Tienen planes para crecer en ese segmento?
“La naturaleza es nuestro principal reclamo. Es por ello que estamos obligados a conservarla evitando su deterioro. En La Oliva contamos con dos parques naturales –Isla de Lobos y las Dunas–, además de tener gran parte de nuestro territorio protegido. Eso hace que estemos en un continuo debate al objeto de evitar sorpresas desagradables y guardar el equilibrio entre la actividad turística y la conservación del territorio”.
La formación es otro pilar clave para fortalecer el destino. El Ayuntamiento se ha volcado en ello. ¿Qué les ha movido? ¿Qué carencias detectaron?
“Nuestro objetivo es contar con un centro de estudios y formación para la hostelería, la restauración y el comercio. El lugar elegido es el antiguo mercado de Corralejo. Ya tenemos un anteproyecto y ahora estamos definiendo las bases para que esas instalaciones se adapten a lo que demanda el empresariado de nuestro municipio.
Pero tenemos más apuestas, como ha sido el impulso dado a la gastronomía, pues entendemos que resulta uno los potenciales con los que cuenta nuestro municipio. De hecho, es un área de gobierno. Hemos creado la concejalía de Gastronomía, que trabaja de forma coordinada con Turismo y Comercio. Gracias a ello se ha podido trazar una estrategia basada en la formación, la dinamización y la promoción del municipio.
Esto a su vez nos ha dado pie a poner en valor el producto local. Cuidar a nuestros productores tiene su referente en la apertura del Mercado de las Tradiciones, situado en la capital del municipio, en el pueblo de La Oliva. Esto lo debemos combinar con la industria turística y para ello se ha creado esta importante concejalía.
Vamos a seguir con las jornadas gastronómicas que tanto éxito cosecharon en la recta final de 2020, con la participación de casi 200 profesionales del sector de la hostelería, con la realización de master-class, catas, seminarios y cursos con los que pretendemos seguir formando a nuestros profesionales para alzar la calidad y la excelencia en el servicio de la hostelería y la restauración”.
En islas como Lanzarote y Fuerteventura la dependencia del turismo resulta incluso mayor que en otras de Canarias. ¿Entienden esto otras administraciones?
“La dependencia del turismo es absoluta en municipios como La Oliva, Pájara y Antigua. Aquí no hay otra industria. El cero turístico de la pandemia ha dañado la estructura económica de nuestro municipio, causando disgustos y desgracias en las familias y en las empresas. Por eso nuestro principal objetivo ahora es poner los medios necesarios para intentar paliar esta situación.
Precisamente para no tener esa dependencia absoluta del turismo debemos favorecer otras actividades. Uno de esos sectores emergentes viene siendo en toda la isla la industria del cine y por ello apostamos decididamente por la implantación del Dreamland en nuestro municipio. Defendemos con todo este proyecto que ha elegido La Oliva para instalarse. Estamos hablando de 400 empleos directos y 1.000 indirectos. Siendo además un lugar de formación, donde nuestros jóvenes podrían optar a un grado en cualquier de las carreras audiovisuales que en este centro se ofertarán. Esto es diversificar la economía”.
¿Cómo es su relación con el resto de municipios de la AMTC?
“Valoramos el trabajo consensuado para que nuestros destinos sean más competitivos, llevando a cabo con fondos europeos proyectos que mejoren nuestro territorio, nuestra propuesta.
La unión hace la fuerza, y la fuerza con la que ha irrumpido la AMTC hace que estemos creando las bases para la recuperación de la actividad turística. Somos líderes en esa recuperación en el territorio español”.